domingo, 30 de marzo de 2014

TENDER MERCIES * - 1983 - BRUCE BERESFORD



Cuando ya sabes que vas a ver una película mediocre, nunca te decepciona. Un cantante country acabado y dado al alcohol aparece en un motel/gasolinera de carretera regentado por una joven viuda de Vietnam que vive con su hijo, y es allí donde ocurre el milagro de que deja de beber, rehace su vida y hasta vuelve a cantar. Nadie esperaba más que música country y costumbrismo tejano de la américa profunda, y eso es lo que da. Y como a mí me gustan ambas cosas, pues estoy servido (al que no le gusten que se abstenga). Una horita y pico de entretenimiento para antes de ir a la cama.

Bueno, alguna sorpresa agradable sí que tiene: en la última parte sale Ellen Barkin muy jovencita -interpreta a la hija del cantante que dice tener dieciocho años, y eso está muy bien. También se agradece que no haya malos ni puñetazos. En ese sentido hay una escena conmovedora: llegan cinco tiarrones al motel en una furgoneta y cuando todo parece que iban a ser los malos e iba a haber tensión, resulta que son una banda de buenazos que le vienen a pedir consejo musical al prota. Una estrella* sPyCin y una frase para no olvidar: cuando ya sabes que vas a ver una película mediocre, nunca te decepciona.



No recuerdo haber comentado antes ninguna película de BRUCE BERESFORD, director australiano nacido en 1940 que ha hecho más de treinta películas y, seguramente, ninguna buena. Pero bueno está saberlo (para que luego no nos decepcione) y conocerle al menos con una foto:




miércoles, 26 de marzo de 2014

STAR 80 *** - 1983 - BOB FOSSE



Peliculón tres*** estrellas sPyCin sobre ese tipo de relación patológica de amor, sexo y pasión que acaba en tragedia y que todos se han puesto de acuerdo en llamarlo por el final (violencia de género) y no por el meollo de la cuestión. Que la historia esté basada en hechos reales, que él sea un macarra y que ella consiga ser chica del mes en Playboy gracias a él, es lo de menos. Simples ganchos para atraer a la gente al cine. Lo verdaderamente importante es ver cómo se transforma un camino de rosas en un camino de espinas. Una historia tan habitual y con tantas muertes en su haber que merecería un tratamiento muy diferente al de la habitual pataleta social. No creo que la película ayude a entender el problema porque la singularidad de los personajes nos puede hacer creer que es una historia ajena a nosotros. Pero no: si sPyCin le ha dado tres*** estrellas no es porque la película sea buena, agradable o interesante, sino porque es una tragedia universal. 


Los dos actores son perfectos por lo que Mariel Hemingway consigue también la calificación de diosa sPycin y el ascenso a nuestros cielos. 


La transformación de mesera en playmate es extraordinaria, y la diferencia entre los posados fotográficos y el personaje de carne y hueso que vive la historia, excelente. 


La parte final (la parte más cinematográfica del trasunto trágico) se hace un poco pesada y creo yo que le sobran bastantes minutos. Típico vicio del cine en promover la angustia del espectador en vez de la reflexión. Pero en fin, se puede perdonar. Sobre todo porque Mariel Hemingway está cada vez más guapa en la expresiones de impotencia por reconducir el asunto. 


De Bob Fosse ya habíamos visto CABARET, ALL THAT JAZZ y LENNY, y por eso le tenía por especialista en cine sobre el mundo del espectáculo. A pesar del título, STAR 80 tiene un registro completamente diferente y es una muestra clarísima de la potencia, calidad y versatilidad del cine norteamericano y de alguno de sus directores.  


Peliculón. 



lunes, 17 de marzo de 2014

THE PERKS OF BEING A WALLFLOWER ** - 2012 - STEPHEN CHOBSKY



Aunque sea una película bastante tópica y tenga unos fallos evidentes, es un dos** estrellas sPyCin porque tiene una mirada lateral y muchas escenas de esas en las que los movimientos de los personajes ya no son tan tópicos como se pudiera uno imaginar. Es decir, que hay una aportación poética y muy bonita sobre un momento de la vida (el famoso primer año del BUP en América) en el que parece que todo es tonto y todo está dicho. 



El problema más evidente de la película es que su director, STEPHEN CHOBSKY ( Pittsburg, 1970) es también el autor del libro (1999) en el que se basa la película y quiere meter los traumas truculentos que arrasta el protagonista y que evidentemente están de más. 


Seguramente es por la adaptación de su libro escrito en 1999 por lo que llama mucho la atención que no haya móviles, ni ordenadores, ni ipods, sino máquinas de escribir, viejos teléfonos y hasta escritura con lápiz y papel, cosas impensables en adolescentes del 2012. Lejos de parecer anacrónica, eso le da un tono como intemporal que aumenta su calidad poética. 


No es una película sobre la amistad, como dicen la mayoría de críticos de los periódicos y repiten los críticos aficionados del filmaffinity, porque no hay profundización en los lazos que unen a los protagonistas. A mí me parece que es una película sobre las dudas iniciales del amor, con un momento magistral (que es el del fotograma de arriba) y una incisiva frase de las que escuecen:


Aunque no haya móviles ni ordenadores, en una película de nuestro tiempo no podía faltar el ingrediente gay. Pero más que como ingrediente social, yo lo veo más bien dentro de las propias dudas entre el amor y la amistad, y sobre todo, como fuente de inteligencia, apertura, humor y capacidad teatral:


Muy bonita la escena del túnel en el que el protagonista se enamora (¿es verdad que nos enamoramos en un momento?) aunque la pose se la quedó ya para siempre Kate Winslet en Titanic (ay):


Preciosa la "otra chica" cuando quiere comerse al protagonista:


Y bellísimo el fotograma en que el pobre chico vuelve a sus "alucinaciones":


Ya digo, no es una película redonda ni mucho menos (ninguna de las dos actrices llega a diosa spyCin), pero nos reconcilia con los dieciséis años, esa época de la vida en que se puede ser (se es) mucho menos tonto de lo que parece. O al menos, eso es lo que intenta Chobsky poniendo a nuestros chicos en unas reuniones, partys, conversaciones o teatros, poco creíbles para su edad..., ay. 




lunes, 3 de marzo de 2014

LA GUERRA DE CHARLIE WILSON ** - 2007 - MIKE NICHOLS



La primera visión sorprende y encadila. En la segunda se echa en falta un poco más de la escena inicial y carga un poco tanta guerra, Congreso y CIA en la lucha de Afganistán contra los rusos. Gracioso Tom Hanks, feísima Julia Roberts y extraordinario el agente de la CIA (Seymour Hoffman) al que le cargan toda la culpa por la incorrección política de llamar hijos de p... a los rusos en el brindis final por la victoria (!).

Dice basarse en hechos ciertos: el apoyo logístico norteamericano a la guerrilla afgana contra los rusos que luego degeneró en lo que todos sabemos: independencia, talibanes, fundamentalismo,... y vuelta a empezar.

(nota de un cuaderno del 4 nov 2009, cuando la vimos por segunda vez, -la primera creo que fue en el cine)