lunes, 2 de febrero de 2015

SOMEWHERE*** - 2010 - SOFIA COPPOLA



Las películas de Sofía Coppola parecen estar abonadas a las tres*** estrellas spypcin y es que es difícil resistirse a esa mezcla de buen ritmo y originalidad en la temática que vamos viendo en el cine de esta gran directora. El lento retrato de un actor de éxito, Johnny Marco (Stephen Dorf), divorciado, una hija, rodeado de chicas y sexo fácil, obediente a las órdenes de su agente, y en el fondo un aburrido PATÁN, empieza de una forma tan extraña y abstracta que nos recuerda al cine de Antonioni: el protagonista dando vueltas con su Ferrari por el desierto:


Pero del Ferrari pasa rápido a la constante vida de encamado, como si de un enfermo se tratara, ja ja ja,  



y a un par de divertidísimos shows privados de un par de chicas sobre unas barras verticales que enseguida se descubren portátiles (ja ja ja) para más risión. 






(Yo dudo que esas barras funcionen en los tradicionales techos falsos de las habitaciones de hotel, pero dejémoslo estar que es cine y seguro que este par de escenitas pasarán a la historia)




La facilidad para ligar o para aceptar proposiciones deshonestas de las calientes californianas que rodean al star sistem es asunto que no gustará mucho a las feministas, pero los que nunca hemos sido ni actores ni guapos lo pasamos muy bien con este tipo de cuentos. 


Lo verdaderamente malo (para los que estábamos disfrutando del cuento) empieza cuando la hija empieza a apoderarse de la disoluta vida del padre y a éste no le queda otra que navegar entre dos aguas. 


Todo lo que les rodea en el viaje a Milán a recoger un premio de la televisión muestra el verdadero ridículo y falsedad de la vida mediática, con el cine de hollywood aún en su centro.


La melancólica, fría o vacía mirada de la niña no conseguimos quitárnosla ya de encima y todos deseamos ver en qué acaba la historia. 


Pero la historia acaba de un modo tan extraño y abstracto como empieza y ahí nos deja un poco perdidos la Coppola. La escena final es bastante tonta pero hacemos como que no la hemos visto y mantenemos las tres estrellas porque da gusto ver un cine tan rítmico, pausado y divertido. 

Seguro que la niña hará carrera en esto del cine, pero eso será otra historia. Quitando la primera y la última escena, la historia del actor STEPHEN DORF como el actor Johnny Marco le ha quedado de cine. 





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